MAPAS y los mercados culturales emergentes: modelos de innovación en las industrias creativas

El proceso de transformación económica que hemos experimentado desde la década de los ochenta hasta el siglo XXI, como resultado de la aplicación de los principios del libre mercado, ha producido profundos cambios en las estructuras económicas, políticas, sociales, tecnológicas, jurídicas y culturales. Desde el punto de vista cultural, nuestros países han debido hacer frente a una serie de desafíos que los ha ido obligando a replantear los procesos de  reorganización de sus escenarios culturales

Este nuevo contexto, caracterizado por la globalización de la economía, de las comunicaciones y de la cultura, está orientado hacia la creación de la sociedad de la información y el conocimiento en la que las industrias culturales juegan un rol fundamental. como bien lo indica Martín Hopenhayn, lo que hace que este sector se esté convirtiendo «en el sector estratégico de la competitividad, el empleo, la construcción de consensos, el modo de hacer política y la circulación de la información y los conocimientos»

Ya en esta década  se camina hacia la identificación de un sector vivo y vibrante que protagoniza la filiación cultura/emprendimiento/innovación/creación, de la que participan activamente los países iberoamericanos, y en algunos países de Africa, que cuentan con unidades especializadas y una política de internacionalización de su oferta de bienes y servicios culturales, en todos los sectores, desde los de las industrias culturales “tradicionales” (libro, cine, artes visuales, y  audiovisual) hasta los  campos de las artes escénicas y musicales, las artes digitales y ese largo etcétera que abarca la creatividad del sector.

La irrupción de la forma mercado en los procesos de circulación de bienes y servicios asociados al teatro la música y la danza, con interesantes ejemplos y, en el caso de Tenerife, denotan una avanzada mentalidad en propuestas de intercambio y gestión de modelos avanzados para un sector necesitado de innovar sus formas de distribución, con lo que se percibe un terreno abonado para la presencia de un mercado internacional que genere nuevos espacios para la integración sur/sur, y, desde este ámbito territorial generar plataformas para el mundo.

Ahora bien. En un contexto más amplio, el mercado, en general, y este sector en particular, ha tenido como sus características relevantes el que, durante su proceso de desarrollo, los países ricos dependieron fuertemente de la protección del comercio y de los subsidios, que por lo general no observaron las leyes de patentes ni los llamados derechos de propiedad intelectual y que sólo defendieron el libre comercio cuando les reportaba ventajas económicas. Desde este punto de vista, estos países hoy impulsan al mundo en desarrollo para que adopte las políticas que ellos evitaron.

Así mismo, las políticas de los países ricos no sólo incluyeron el proteccionismo y la intervención del Estado, sino también una política de colonización y desindustrialización deliberada del Tercer Mundo, lo que sumado al factor   globalización, generó una desigualdad pronunciada.

Todo esto derivó en el monopolio en la creación y circulación de los contenidos culturales, y la posterior defensa de los mismos en los tratados internacionales, con ventajas oprobiosas, en todos los escenarios del comercio internacional (OMC; GATT; etc).

Por esto pensamos que,  en lo que concierne a la política comercial ligada a las industrias culturales, la historia y “la teoría de las ventajas competitivas” indican que el procedimiento más apropiado sería el de considerar la liberalización del comercio de manera selectiva, a medida que las industrias particulares lleguen a ser suficientemente competitivas en el mercado mundial.

Este enfoque, ligado a los mercados culturales  emergentes de los que formamos parte,  es válido para un sector en que  los contenidos ligados a la creatividad e innovación son muy fuertes y demandados por el mercado mundial, y que están presentes  en nuestros países con altos niveles de diversidad, aun considerando las asimetrias propias de la nuestro espacio cultural iberoamericano, y de una Africa que sentimos cercana.

MAPAS, aparte de  sumarse  al fortalecimiento del sector en el marco de la política cultural pública de Tenerife, tanto desde el punto de vista presupuestal como desde la perspectiva de la consolidación de los mercados exportadores de la oferta local, se inserta en la realidad de los mercados mundiales y generará espacios para la reflexión en estos contextos.

Bienvenidos a esta II edición de MAPAS, el mercado cultural de Tenerife para el mundo.

Octavio Arbeláez Tobón

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